EN LAS REGIONES ES EN DONDE DEBEMOS ESTAR
“Hay un botín que se llama Estado, de cuyo manejo existen ejemplos
hasta en el silencio de las selvas, en los desiertos del norte,
bajo los muelles de los puertoso o
en lo más profundo de las minas.”
Germán Castro Caycedo
Muchas son las producciones académicas que se van a las bibliotecas, muchas
las opiniones, interpretaciones y posibles soluciones que se dan a las zonas de
abandono y de explotación; en abundancia escuchamos las críticas al manejo de
tierras y la gestión de nuestros territorios colombianos, pero diminuto el
número de profesionales que llega a las zonas de acción, como podría ser el
Vichada. Aunque, sin duda, los ojos de todo el mundo están puestos allá, pero
dudemos de los intereses, los sueños y las ambiciones que se quieren sembrar
allá.
En esta nueva experiencia constaté lo siguiente: “hay que producir
por medio de lo tangible lo intangible”1. La producción de
cosas tiene que ser una herramienta para ayudar a las comunidades a crear las
relaciones sociales, es decir, a organizarse como comunidad, a pensarse como
los sabios de futuros trabajadores, educadores y protectores de la tierra
(hijos, primos, sobrinos y nietos). Por ejemplo, la comunidad del resguardo
Gavilán-Pascua ha hecho una infraestructura en moriche que representa más que
lo material o lo palpable. Allí se ve reflejado que son capaces de organizarse,
de hacer, de construir y de trabajar con sentido común: el bienestar de todos,
una construcción que no representa propiedad sino sueños y a la vez producción
de algo más, porque por medio de ella se han imaginado cómo sería sus vidas en
cinco, diez o quince años, qué quieren, qué necesitan. Esto ha sido posible
también por el apoyo técnico y profesional de profesionales amigos que también
se están pensando un mundo distinto, que no tiene que ver con la simple y efímera
forma de soñar el mundo como lo hemos venido pensando en la metrópolis.
Dudas, intrigas, interrogantes y cuestionamientos también hacen parte de
esta experiencia. Es cierto que no se ha logrado / no hemos visto la
organización que esperamos conseguir con por y para ellos, y eso nos hace
cuestionarnos qué anda mal y qué debemos hacer. Pero esto no es un motivo para
rendirnos o para juzgar, al contrario, es la mecha y una de las razones por las
cuales, más debemos estar con ellos y hacer cosas. Es por eso que debemos
producir frutos, ya hay mucho terreno abonado y mucha semilla regada – teoría,
análisis e interpretación de la realidad por parte de estudiantes y
profesionales-, lo que esperamos es que no esté en tierra pedregosa, la cual
brota pero no crece ni se reproduce. La alta posibilidad de hacer es distinta a
la probabilidad de llevarse a cabo…
¿Cuánto tiempo vamos a estar viendo lo que hacen otros? ¿Cuánto tiempo
vamos a permitir que otros se piensen estas tierras, como terreno para la
explotación de petróleo y caucho? ¿Cuánto más vamos a permitir que estas
tierras sigan siendo de otros y ya no de sus habitantes? ¿Cuánto más vamos a
dejar que capitalistas obsesionados por el poder no vean que allí hay personas?
¿Cómo es posible que una cantidad estimada de personas SÍ sean significativas?-
200, 500 personas es un número significativo de personas- sí, lo escuché. Y
entonces, si existe una comunidad de 60 personas, ¿eso no es representativo
para pensar en ellos como personas y no como un estorbo en las tierras
fértiles? ¿Desde cuándo y hasta cuándo vamos a seguir ignorando al
individuo?… mientras vemos lo que está pasando hay otros que si están
actuando, lo tenaz es que sea para el detrimento de las tierras y de las
personas.
Finalmente, no solo nos preguntamos sobre las fallas de la comunidad,
sino también nos repensamos, nos interrogamos, miramos qué está mal en nuestras
vidas y qué debemos ajustar. Es indispensable que nos autoevaluemos, el trance
entre el pensamiento y nuestra forma de acción puede distorsionar, o aún más
triste, como a la mayoría, que los contenidos culturales y los prototipos
sociales nos estén haciendo desear mal: “todas estas fantasías (las
posesiones materiales) serían inocentes e inocuas si no fuera porque
constituyen el modelo de nuestros propósitos y de nuestros anhelos en la vida
práctica. Deseamos mal.”2 ¿Qué estamos
deseando y dónde debemos estar?
Redactado por: William Oswaldo Romero González.
1 Idea trabajada luego de la interpretación hecha por Alvaro Hernández en uno de los trabajos hechos con las comunidades.
2. ZULETA Estanislao. Elogio a la dificultad.